En el ejercicio de mi cargo nunca había sentido el peso de la responsabilidad con el país como en esta oportunidad, siento que la intolerancia, el poco respeto por la dignidad humana, la incapacidad de escuchar, la arremetida contra los valores que han construido nuestra historia, me hacen hablar desde la incertidumbre y la pena por ver cómo se destruye lo que hemos construido con tanto esfuerzo.
Todos los emprendedores del transporte de carga hemos logrado metas a costa de levantarnos temprano y acostarnos tarde, de haber empezado con las ganas de tener un camión y así con el respaldo familiar, construir un pequeño o mediano emprendimiento.
Esto es lo que debemos cuidar, nuestro rol estratégico de abastecer el país nos obliga todos los días a pasar por la duda de si llegaremos a nuestro destino con la carga que transportamos, queridos colegas quiero que renovemos el compromiso que hemos asumido de compartir con todos los ciudadanos de nuestra patria de defender el estado de derecho, el respeto por la vida, la certeza de poder transitar libremente por las carreteras de Chile
Sin embargo también tenemos que ser capaces de hacernos una autocrítica, los problemas de la industria del transporte de carga es el resultado de un proceso histórico de pérdida de consistencia y coherencia, lo que ha llevado a la pérdida de comunidad gremial y con ello la desaparición de la cultura de los afectos.
Hemos reemplazado el espíritu gremial por el interés individual, que lastima que las nuevas generaciones no conozcan primero la visión de un León Vilarin y la historia y sacrificio de los camioneros que formaron la leyenda que valora Chile.
Es muy cierto que la escala de prioridades hoy día, sin lugar a equivocarnos debe ser la paz social, la justicia y la equidad, no somos partidarios de que en pos de legítimas demandas sociales se agreda a la ciudadanía, a quienes desean trabajar con seguridad, estamos muy claros que ese es nuestro norte, pero tampoco podemos olvidar que nuestro sector requiere de condiciones mínimas para lograr los siguientes objetivos:
Una política de combustibles donde se transparenten los mecanismos de fijación de precios al consumidor y la forma en que ENAP llega a los valores que impone al mercado, esto en directa relación con que a fin de cuentas los consumidores hemos de solventar vía precio forzado la continuidad de esta empresa fiscal.
La incidencia ineludible del diesel en todo el aparato industrial, y en el modo de transporte que representamos, resulta de suyo gravitante en cuanto a costo de producción, por lo que se hace indispensable buscar y configurar un sistema que permita no solo mantener bajo control su precio, sino reducirlo.
Necesitamos abordar con más eficiencia los robos e ilícitos producidos en la carretera y muy especialmente en las rutas 68 y 78, que decir de la situación de la Araucanía donde nos queman camiones todos los días, con la pena que significa perder a uno de los nuestros hago un espacio para recordar a Juan Barrios quien fue quemado en la cabina de su camión lo que terminó por arrebatarle la vida después de varios días de hospitalización.
La ley del transporte es un anhelo transversal histórico de todos los gremios relacionados a la actividad (importadores, exportadores, usuarios, etc) queremos un cuerpo legal que genere las condiciones para acabar con el grado de informalidad del sector, mismo que impacta directamente en las empresas legalmente constituidas, hoy día, sobre la materia, solo existe una incipiente legislación, que básicamente se trata de normas diseminadas en diferentes cuerpos legales que lo regulan.
Los desafíos que se presentan a través de la ley del Transporte permitirán a los empresarios mejorar los actuales esquemas históricos de funcionamiento de manera que la industria del transporte alcance niveles de clase mundial compatibles con la aspiración de desarrollo del país.
Queremos que el transporte de carga por carretera lo realicen empresas que posean identificación, propiedad y especificaciones técnicas de los vehículos involucrados en la operación y que además se aplane la cancha respecto de los generadores de carga quienes hoy día hacen uso de forma abusiva de posición dominante para determinar las tarifas que en muchos de los casos funcionan bajo los costos de operación.
Es incomprensible el uso de posición dominante en los puertos de Chile por parte de los navieros que con el artilugio de la póliza del demurrage acaparan las cargas de impo y exportación, impidiendo que los camiones opten o puedan competir en igualdad de condiciones, sin lugar a dudas que estos antecedentes deben estar en conocimiento de la Fiscalía Nacional Económica y muy especialmente de la Comisión antimonopolios.
Queremos que exista la voluntad política de la autoridad de Gobierno para darnos el lugar que legítimamente nos corresponde y las oportunidades para colaborar en un escenario justo y digno para todos aquellos que privilegiamos el emprendimiento como una forma de desarrollar familia y construir una patria libre y desarrollada.
Nos manifestamos con una abierta disposición al diálogo en una serie de temas que requieren de esfuerzos nacionales, queremos ser constructores del entendimiento y de la mirada de largo plazo que Chile necesita.
Por esta razón y para fortalecer nuestra actividad gremial hemos creado el Consejo Superior del Transporte junto a Fenabus, Chiletransporte y Agetich, será esta instancia la voz más potente de nuestro sector qué duda cabe, además formamos parte de manera activa de 2 movimientos ciudadanos como son “Unidos por Chile” y “Ciudadanos por Chile” todo esto con el fin de defender la paz y el estado de derecho.
La situación del gremio hoy día es sumamente grave, nos vemos enfrentados a lo que se produjo el 18 de Octubre, cuando se robó, se quemó y se destruyó todo, sumado a esto vino la crisis sanitaria, se suma a esto que no se han acabado los robos en las rutas 68 y 78, tampoco los atentados terroristas en la Araucanía, hemos tenido que soportar las restricciones que impone la pandemia, las barreras sanitarias nos provocan tiempos de espera de muchas horas por lo que un viaje Puerto Montt-Santiago que habitualmente significa 12 a 13 horas hoy lo hacemos en 25 o 30 horas, muchos colegas se encuentran en una situación económica límite y otros sencillamente ya han quebrado.
Pero entiéndase bien, no daremos lucha gremial alguna por perdida, somos la actividad productiva estratégica más importante del país y como tal y en esa calidad exigimos que se nos respete y escuche, cada actividad, cada demanda incluso nuestras legítimas movilizaciones se realizan teniendo en cuenta el bien común, el orden y la responsabilidad, de eso es testigo la autoridad.
Estimados colegas, a este Directorio le quedan meses en el ejercicio de sus cargos y desde ya le anticipo que deberán ser otros los dirigentes que asuman esta responsabilidad, a este viejo camionero le queda la satisfacción de haber dejado todas sus actividades empresariales para privilegiar el gremio, le he quitado muchas horas a mi familia y mis cercanos, no me arrepiento de nada porque desde Quinamavida a esta fecha hemos transitado un camino no exento de dificultades pero en la retrospectiva hemos hecho gremio y país…………VIVA CHILE.
Sergio Pérez, Presidente CNTC