Las rutas peligrosas y una vida imprevista hacen que la profesión de camionero sea dura, pero hay muchos de ellos que, pese a las circunstancias, trabajan solamente por vocación.

Muchos piensan que la mayoría de los camioneros trabajan como tales solamente por necesidad u obligación porque es una profesión muy exigente, dura de llevar y que desgasta física y emocionalmente. Sin embargo, hay quienes para los que este trabajo no significa más que vocación, y son aquellos verdaderos apasionados de la carretera.

Marcelo Esquivel, de 42 años, trabajó 15 como chofer. Él entiende la vida de camionero como un estilo de vida muy fuera de lo convencional, pero no habría cambiado sus añostro trabajo. por ningabriarícomo un estilo de vida muy fuera de lo convencional, pero no cambiare y Paraguay. camis el mismños de camionero por ningún otro trabajo. “Yo soy la tercera generación de camioneros en mi familia, y no lo soy porque no me dio para más, yo soy camionero porque me gusta, lo llevo en la sangre”, señala Esquivel.

Pero el trabajo es duro. El ser camionero se llevó su vida familiar durante cuatro años, en los que pasó los 365 días del año sobre su camión. “Fueron 4 años en los que yo no vi a mi familia”, declara.

Además, durante sus años de chofer, tuvo que esforzarse al máximo para hacer bien su trabajo. No tenía más de 5 horas de sueño, levantándose todos los días a las 8 de la mañana y terminando su jornada a las 3 de la madrugada. “Me levantaba, me lavaba el cuerpo y los dientes, y seguía manejando. Esa era mi rutina”.

Sin embargo, no todo es malo. Ser camionero tiene un lado positivo, y según Marcelo Esquivel esto lo denota el libre albedrío de los tiempos. “Eres dueño de tu tiempo, nadie me exigía llegar un día ni a una hora”.

Según dice, extraña esos días en los que trabajaba como chofer, aunque las rutas fueran peligrosas y adversas, y aunque los horarios fueran duros de llevar. “Cuando manejaba, me levantaba feliz porque me gustaba lo que hacía. Es cansador y terminas exhausto, pero siempre tenía ganas de seguir”, asegura.

Esquivel, por último, recalca la valentía que deben tener los camioneros para serlo: “nosotros somos valientes porque andamos solos y con una mercadería que tiene un valor significativo que tienes que cuidar. Cuidas la mercadería y también cuidas tu camión”, finaliza.

Marcelo hoy ya no trabaja en ruta, tras años de esfuerzo maneja su propio negocio en el rubro, pero cada día sigue anhelando el frío de las mañanas y el sol quemante de las tardes a través del parabrisas.

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